Hola, Jefaza poderosa,

Hoy quiero contarte algo que he vivido en carne propia.
Porque más allá de mi rol como estilista, he sido esa mujer que se peina con prisa, que olvida tomar agua, que pone todo por delante… menos a sí misma.

Durante años pensé que mi cabello necesitaba más productos, mejores técnicas, un nuevo corte.
Pero lo que realmente necesitaba era que yo volviera a mí.

A veces estamos tan enfocadas en lo externo —en controlar, hacer, brindar— que nos olvidamos de nosotras mismas.
Nos olvidamos de nutrirnos, de descansar, de respirar.

Mi cabello empezó a darme señales claras de que los súper productos no eran suficientes: quiebre, caída, falta de forma.
No era superficial.
Su estado solo reflejaba lo que estaba pasando dentro de mí: desequilibrio alimenticio, deshidratación, sedentarismo, estrés.

Y por eso hoy quiero decirte algo que aprendí a fuerza de experiencia:
Tu cabello es mucho más que lo que ves en el espejo.
Es un reflejo silencioso de tu bienestar interior. De cómo te alimentas, cuánto descansas, cuánto espacio te das para sentir.

Cuando entendí esto, cambió mi forma de cuidar mi cabello… y de cuidarme a mí misma.

Cuando tu cuerpo habla, tu cabello traduce

¿Sabías que el cabello es lo último en recibir nutrientes?

Cuando estás deshidratada, estresada o agotada, tu cuerpo prioriza órganos vitales.
Y tu cabello —silencioso pero sabio— comienza a mostrarlo: opacidad, resequedad, caída.

No siempre es culpa del producto.
A veces, es tu cuerpo pidiendo agua.
Tu mente pidiendo paz.
Tu alma pidiendo atención.Y eso, Jefaza, solo puedes dártelo tú.

Yo también creía que un nuevo gel lo resolvería todo.
Hasta que entendí que la transformación empieza desde adentro.

El día que me detuve a beber agua conscientemente, que empecé a mover mi cuerpo en el gimnasio, a escuchar música relajante antes de dormir, a planificar mis comidas con intención —menos frituras y azúcares, más frutas y vegetales— algo cambió.

También comencé a leer sobre desarrollo personal, a meditar, a hacer yoga.

Y déjame decirte algo:
Los cambios no fueron solo en mi cabello.
Fueron en mi energía, en mi manera de estar en el mundo.
Sentí cómo esas pequeñas decisiones me devolvían mi poder.

Hacer una pausa… también es autocuidado

Jefaza, el reto de hoy puede parecer pequeño.
Pero si logras beber 2 o 3 litros de agua en el día, créeme: es un acto revolucionario.

Aunque parezca poco, estás haciendo mucho.
¿Sabes por qué?
Porque te estás eligiendo.
Te estás recordando que tu cuerpo importa. Que merece tu atención.

Y ese, mi bella, es el primer paso para que tu cabello florezca desde adentro.Si hay algo que quiero que te lleves hoy, es este mantra:
✨ Tu rutina capilar no empieza con una mascarilla. Empieza con un compromiso contigo misma.

El reto no es con tu cabello. El reto es contigo.

Así que hoy te invito a reconectar.
A hacer una pausa y preguntarte:

• ¿Estoy cuidando mi energía tanto como quiero cuidar mi imagen?

Y si la respuesta es no…
No pasa nada.

Cada día es una nueva oportunidad para comenzar.

Da ese primer paso. Haz algo bueno por ti.
Y observa cómo tu cabello (y tu vida) comienzan a transformarse.

Gracias por leerme.
Me emociona saber que estamos en este camino juntas. 🌿Con amor y vibras altas,
Lilibet